Por fin, hace unos días se resolvió el conflicto que el manga de Sekaiichi Hatsukoi venía planteando desde hace 17 años: el protagonista declaró nuevamente sus sentimientos románticos hacia su primer amor, el cual terminó por un malentendido y que le llevó a enfrentar una depresión de años y al cual, después de 10 años, reencontró como su actual jefe en una editorial llamada Marukawa (guiño a Kadokawa shoten).
Es importante puesto que, literalmente, crecí y envejecí con este manga. Tenía unos 15 años y lo comencé a leer justo cuando salió. Y 17 años después, henos aquí. Soy feliz y me encuentro satisfecha.
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