Como sea, era muy ingenua en ese entonces. Gracias a las penurias vividas en esa casa que en aquellos días tampoco vivía mejores tiempos que los de ahora es que mi mamá desarrolló muchísimas de sus animadversiones que, fueron pasadas a mí. Entonces recientemente me encontré a mí misma teniendo el deseo de, si estuviera en mi poder, demoler la maldita casa con mis propias manos. No sé si eso es un retroceso en la terapia, o qué será. Pero creo que no vale la pena tener ese recordatorio de épocas tan tristes tan a la vista. O no sé. Sólo quería expresarlo aquí.
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